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Helicón... Taller de exploración de la palabra. Surgió en el Taller de Arte de Diag. 73 Nro 2065 como un espacio de lectura y escritura grupal. Se transformó en otro espacio de intercambio de alegría, escritura, lectura y anécdotas de 7 mujeres con ánimo de "decir". Y para decir al mundo, nace este lugar que da vida y se nutre de comentarios y textos del Taller con el afuera. Integrantes: Victoria Guzner Delia Urretaviscaya Patricia Cuscuela Patricia Crescenzo Mariana Quintana Lorena Rodríguez, Alicia Canutti, Mabel Nuñez y una especie de guía, quien escribe esta presentación: Analía Rodríguez Borrego. Bienvenidos!!

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jueves, 6 de septiembre de 2012


Victoria Guzner
La batalla del calentamiento

“En la batalla del calentamiento/ había que ver la furia del jinete/ jinete a la carga con la mano “y sacudíamos una, “con la otra” y sacudíamos las dos, así con cada miembro del cuerpo hasta sacudirnos como marionetas para sacarnos el frio de encima.
 Esta canción la  cantábamos en los campamentos infantiles, cada vez que el frío atravesaba nuestros cuerpos.  Hace unos días que me acompaña a todas partes,  y junto con ella,  los recuerdos de esos encantadores momentos. ¡Conocí y aprendí entonces tantas cosas! El mar, por ejemplo, cuya majestuosidad me provocó tal impresión,  que aún hoy lo observo con profundo respeto. Aprendí a compartir y a crear, a jugar muchos juegos entretenidos, otros no tanto.
 Cocinábamos nuestra propia comida. Recuerdo claramente aquella noche en que estábamos haciendo arroz con almejas que recolectamos por la tarde. En un momento dado, la olla,  quedó cubierta por escarabajos,  y como era lo único que había para comer,  sacamos de a uno los bichos y comimos igual.
Me encantaba la búsqueda del tesoro. Nos internábamos en el bosque, y aunque  me daba un poco de miedo separarme de mis compañeros, la emoción y el espíritu de aventura me daban la intrepidez necesaria para seguir adelante. En la zona donde acampábamos había muchos médanos. Solíamos subir por esas pequeñas montañas de arena y desde allí observábamos el campamento ¡qué vista tan graciosa! Las pequeñas carpas semejaban un ramillete de hongos con sombrerito.
 Aprendimos a hacer las carpas en un parque ubicado en las afueras de la ciudad de La Plata. Fuimos allí tres días, la excursión más larga hasta el momento. Primero organizamos los grupos que eran de tres personas cada uno,  pudiendo elegir a nuestros compañeros para compartir la carpa; luego limpiamos concienzudamente el terreno y la armamos, pero cuando todo estuvo listo y nosotros felices con nuestra obra, nos dieron la noticia de que ésa no iba a ser la nuestra,  sino que sería cualquier otra ¡qué bien pensado! Las bolsas de dormir, una frazada con una sábana encima doblada a la mitad,  y  a lo largo,  y luego cosidas con hilo chanchero, las confeccionamos nosotros mismos en el patio de la escuela. Muchas veces hubo que colgarlas para que se sequen al sol porque el baño estaba alejado.
                Luego de ese pequeño adiestramiento viajamos de La Plata a Salta. Después de un  larguísimo viaje en tren, llegamos cansados pero muy contentos. Conocimos paisajes imponentes. Para muchos de nosotros las montañas eran una novedad…
¡Ay! estoy sintiendo otra vez el frío intenso, mis manos empiezan a acalambrarse y me cuesta seguir escribiendo “En la batalla del calentamiento, …lástima que mis compañeros ya no me pueden oír. Espero al menos que alguien encuentre esta nota, había que ver la furia del jinete,  no sé si llegaré a escribir sobre el compañerismo y la solidaridad extrema que se dan aquí… jinete a la carga con la mano/ con la otra/ con un pie/ con el otro, pero al menos quiero que el mundo se entere que el miedo, el dolor, el hambre y el frío, este tremendo frío de trinchera, puede hacer brotar lo mejor de cada uno como en aquellos campamentos infantiles.
                                                                                                                

 Islas Malvinas 1982