Según
la Dirección
de Estadísticas y Censos de esta Ciudad, en el último año, la cantidad de divorcios duplica a la
de matrimonios celebrados.
Ante esta noticia, hemos realizado entrevistas destinadas a conocer los
causales, y obtener conclusiones sobre esta situación y la confiabilidad de
dichas proporciones:
Las parejas recién constituidas,
expresaron que el amor que se profesaban los mantendría unidos de por vida, y
les permitiría sortear cualquier inconveniente. Siendo desestimable el
porcentual dubitativo.
Entre los que llevaban entre 3
a 5 años de casados, la mitad dijeron que aquello que
esperaban sería eterno, ahora lo intuían como transitorio y los que creyeron en
un amor de cuentos, era solo eso, un cuento. Varios dejaron caer entre sus
manos la frente cansada
Mario quiso relatarnos lo que le
ocurría -Nora es buenísima, jamás una queja, un reproche, una palabra fuerte,
pero tengo que trabajar 14 horas, y extras en los feriados para mantener la
casa, una señora para la limpieza y los delívery para todas las comidas. Cuida
bien a los 4 nenes que tenemos, el más chico de 8 meses y el mayor de 4 años,
pero cuando llego cansado tengo que ayudarla a atraparlos para bañarlos, darles
la cena, porque no sabe ponerles límites
y todo es un descontrol. No puedo ver ni 10 minutos la TV ¡No aguanto más esta vida!,
pero decime ¿Cómo hago para dejarla? ¿Qué sería de mis hijos con esa madre
cariñosa, pero más inútil que bocina de avión?.
Si uno se enferma, o lastima tengo que acudir corriendo, porque a ella
nunca se le ocurre que hacer. Y ya está
en camino el quinto, Nora siempre quiso seguir buscando la nena-.
Era notorio que Mario buscaba un
consejo que le aporte un escape a su camino sin salida. Lo excluimos de la
encuesta de divorcios, lo tendremos en cuenta si elaboramos una sobre posibles
futuros suicidas.
Los que Tenían entre 5 a
15 años de unión, se mostraron más predispuestos a
platicar, como una necesidad imperiosa de expresarse. Solo un 20 % dijeron
sentirse bien con su cónyuge. Los restantes manifestaron que estaban juntos por
costumbre, o por una obligación social o familiar, pero que la rutina invadió
sus vidas, aunque a esto lo superaban las traiciones, despechos y engaños.
Confesaron que ante los demás, inventaban sonrisas y frases amables, pero en la
intimidad, todo era reproches y gruñidos, ya que no encontraban razones que
justificaran al otro, ni perdón para las culpas. Calificaron a sus parejas como inmaduros, carentes
de valores, egoístas, egocéntricos. Evidenciaron un gran resentimiento, lo que
nos hace suponer que si bien llegaron a superar los 5 años (o bodas de madera),
difícilmente lleguen a festejar los 15 años (o bodas de cristal, este material
se rompe fácilmente).
Cuando entrevistamos a individuos con
más de 3 lustros de casados, (excepto un 10 % que optó por no dialogar), fueron
algo contradictorios. Habían decidido ignorar a su pareja, no pensaban en el
pasado ni acariciaban recuerdos. De los buenos momentos solo obtenían
nostalgia, y de los peores el desamparo, que había convertido sus corazones en
escombros. Notamos que, si bien se mostraban determinados a no pensar en el
otro, no dejaban de rumiar rencores y ansias de desquite y represalia.
A los cuatro grupos les recabamos su
parecer sobre el divorcio. El primero,
parecía o no quería entender de qué hablábamos. El segundo lo aprobaba.
El tercero y el cuarto bendecían a los legisladores que promulgaron esa ley.
Como es el caso de Elena, que está esperando la sentencia que la libere de lo
que llamó sus “cadenas”. Nos contó que inició el juicio contradictorio, ya que
su marido se había negado para no afrontar los gastos, pese a tener excelentes
ingresos. Era tacaño y egoísta, la última vez que la llevó al cine fue a ver
“La violetera”, todo su tiempo lo perdía remendando y reparando lo que él se
negaba a comprar. Hasta que se enteró que el dinero que le negaba a ella, lo
dilapidaba en por lo menos cuatro amantes, y además nos confió que seguramente
también en toneladas de Viagra.
Finalmente, los que participamos de estas encuestas, excepto en los que
recién habían emitido sus votos de amor eterno, pudimos notar que flotaba en el
ambiente un clima, que iba desde la desilusión, hasta la declaración de guerra,
y por lo tanto, concluimos que son fiables las datos emitidos por la Dirección de
Estadísticas y Censos.
Una de las periodistas que intervino en
las encuestas, María, en las noches le costaba conciliar el sueño. Se identificaba
con las alocuciones de algunas mujeres, volviendo a su memoria su ex consorte,
al que estoicamente había soportado y, esa actitud suya tan nociva, la había
llevado, en un minuto de arrebato, a hacer añicos en aquella dura cabeza, que
terminó con 8 puntos de sutura, el preciado e imponente jarrón de porcelana de
la bisabuela. Ese fue el final, no solo del jarrón, también de su relación. Era
un tema que hubiera preferido dejar en el olvido, pero su jefe le había
encomendado el trabajo que le llevó días y por fin había concluido. Pensando en
esto, se entregó distendida al abrazo de Morfeo.
ENTREVISTA A UNA PAREJA CON MÁS DE TRES LUSTROS DE CASADOS: OMAR Y
ESTHER.
María llegó descansada a las oficinas
del periódico en que trabajaba, ese día entregaron finalizada la tarea que la
había tenido insomne, el tema divorcio que trataron le había afectado al
recordarle el suyo.
El informe presentado satisfizo al
jefe, al punto que decidió ampliarlo con una
plática con una pareja, que seleccionó entre los entrevistados. Llamó a
María entregándole un listado de preguntas que él mismo había preparado. Ella
lo aceptó renuente, otra vez tendría que lidiar con su mente caprichosa,
empeñada en endilgarle un pasado ingrato.
-Señor, ¿quiere que haga estas preguntas textuales?
-Por supuesto, me costó tiempo y esfuerzo formularlas.
-Es que va a depender de las respuestas que obtenga, es una pareja
desavenida, voy a necesitar improvisar sobre la marcha.
-Señorita, hace un mes que trabaja con nosotros y, aunque estamos conformes
con su rendimiento, tiene que acatar mis órdenes tal cual se las doy.
María se retiró rumbo a la casa de Omar y Esther, pensando en vos alta –tenía
que ser hombre, no tiene experiencia de campo y cree saberlo todo, me puso de
mal humor, mejor me calmo, me espera un laburo difícil, por ese idiota…
Ya en la casa del matrimonio, fue recibida amablemente por Esther, quien
preparó café y llamó a su marido.
Se sentaron a la mesa del comedor y
comenzó el interrogatorio:
-¿Qué puede
rescatarse de positivo tantos años juntos?
-Si nos hubiéramos separado hace mucho tiempo tal vez recordaría algo
positivo, pero haber tenido que aguantarla 34 años no me deja pensar en eso.
-¿Aguantarme? sin mi te morirías de hambre y andarías roñoso porque no
sabes hacer nada, tu vieja no te enseñó ni a hacer un huevo frito, ni a lavarte
los calzoncillos.
María apuró la segunda pregunta:
-Esther, ¿de
qué manera tu corazón se convirtió en escombros?
-Cuando volvimos de la luna de miel, me llevó a vivir con mi suegra, yo sí
tuve que tener aguante para soportarla, en esos tiempos ya mi corazón se empezó
a romper.
-Ya te estás metiendo con mi vieja, como siempre!
-¡Calláte!, ¡la pregunta es para mí! -Como te decía, después, cuando por
fin nos fuimos a nuestra casa, él no estaba en todo el día, con la escusa de
que tenía que trabajar mucho para pagar la hipoteca. Cree que soy estúpida, que
no veía ni veo como mira a su secretaria, pero si cree que me importa, está muy
equivocado, y cuando vi la caja de bombones, que le compró para el día de la
secretaria y les puse pimienta, fue solo porque me equivoqué de envase, mi idea
era darles un toque de canela. ¡No imaginás el escándalo que hiso cuando volvió
de la oficina!
-No soy tarado, lo hiciste a propósito
para hacerme quedar como el cu... este…
para avergonzarme, y lo peor fue que
Nora invitó a todos los compañeros.
-¿Puedo seguir respondiendo “mi” pregunta? -No sabés el infierno que son
las
vacaciones, y cuando vuelve borracho, y lo que le molestan mis amigas, y ya
no quiero recordar más. ¡Cómo no voy a tener el corazón hecho escombros!
El ambiente se estaba poniendo
caldeado, pero la periodista, aunque turbada,
debía seguir:
-¿Se dejaron de
querer? Y si me responden con un sí ¿Qué significa quererse?
-¿Cómo crees que se puede querer a alguien que te ignora y te engaña?
-Esther ¿cómo debo decirte que no tengo nada que ocultar con Norita?
-¡Ahora no es Nora! ¡Es Norita! Y la que no oculta nada es ella, con esas
polleritas que parecen cinturones largos y esos escotes para mostrar los kilos
de siliconas que se puso.
-¿Querés que te diga que es querer? ¡Es no arruinarle la vida a un hombre
casándose con él!
Habían comenzado a levantar la voz y María, bastante preocupada, continuó:
-Si se
plantearon la idea de divorciarse, ¿para qué lo hacen? ¿El objetivo es
material?, ya que me resulta que la idea de soledad está instalada en su pareja.
-Por supuesto que sí, es más, quisiera llamar ya a mi abogado y vivir el
resto de mi vida tranquilo. Y el objetivo material es de ella, que estoy seguro
va a querer quedarse con todo.
-En cuanto termine esta entrevista también voy a llamar a un abogado y a mi
amiga Celia, la contadora, para que me ayude con los cálculos, ya que me acusa
de materialista lo voy a ser. Son 34 x 12 igual a 408 meses de servirle a este
señor, como empleada doméstica sin cobrar sueldo. Deben ser por lo menos 4.000
o 3.500 $ mensuales, o sea 4.000 x 408 es igual a (esta calculadora de
porquería), es igual a… ¡más de un millón y medio de pesos, y lo que Celia
agregue de intereses!
Con estas respuestas, María ya se había
puesto nerviosa, esperaba que al abordar lo que seguía, se calmara la situación:
-¿Cómo
se conocieron? ¿Tienen hijos? Si es un sí, ¿Qué significan para Uds.?
-Nos conocimos en la fiesta de
casamiento de mi mejor amiga y si tengo hijos, dos nenes, Adriancito y Pablito.
Significan todo, son mi vida, ahora que pienso en ellos, son lo único positivo
de mi extinto matrimonio.
-Esther, tienen 31 y 33 años los
“nenes”, y para no fastidiar a nuestras nueras como vos, para mí son Adrian y
Pablo. Por fin estamos de acuerdo en algo, son lo único bueno que nos pasó.
La cronista tuvo unos minutos de sosiego, pero al leer lo que faltaba
perdió nuevamente la calma, y las últimas preguntas salieron atropellándose.
-Omar, ¿te
sentiste traicionado por tu mujer? ¿Cuál fue el momento en que dejaste de
sentirla como tu pareja?
-Me sentí traicionado desde los primeros meses de casados, y en la medida
en que la iba conociendo. Supo disimular muy bien durante los años de
noviazgo, era dulce, comprensiva, decía
querer a mamá y después la llamaba bruja, solo porque quería enseñarle a ser
una buena ama de casa como ella, cosa que nunca aprendió. Desde que nacieron
los chicos sentí que dejamos de ser pareja. Eran y son lo único que le importa,
además de sus amigas.
-Frente a lo
que Omar te haya hecho ¿Qué represalia tomarías contra él?
-Si te lo digo y lo publicás, seguro que Omar lo usaría en mi contra en el
juicio de divorcio.
-Dicen que la
indiferencia mata al hombre, ¿Ustedes se murieron hace cuanto tiempo?
-Yo sigo viva, el que se va a morir es él cuando sepa la demanda que ya estoy
planeando. Celita me va a conseguir el mejor abogado.
-Ya voy a preparar las valijas y me voy a casa de mamá, ¡no te soporto!
-¡Andate Omar! Y no vuelvas con el caballo cansado ¡aquí no entrás más!
-Perdoná por esta escena querida, pero vos preguntás y preguntás…
Omar se había retirado dando un portazo, seguramente a acomodar su ropa
para abandonar su hogar, y María, sin saber que decir, se despidió de Esther,
con un sentimiento de culpa que la tenía al borde de las lágrimas. Necesitaba
meditar sobre lo ocurrido y decidió caminar las calles que la separaban de su
casa, pensando que su entrevista había terminado por convencer a esa pareja de
divorciarse. Fue repasando cada pregunta con sus respuestas, las comparó con las que ella hubiera realizado, de no ser
por la imposición intransigente de su jefe, y comprendió quien era el verdadero
culpable. Sintió alivio y al mismo tiempo una gran indignación, y levantando
los ojos al cielo exclamó: – ¡Querida bisabuela Sara! ¡¿Por qué no me dejaste
dos jarrones de porcelana?!
MABEL (octubre 2013)